Artículo especial publicado en la revista Caretas
Una cruda realidad. El Perú es el tercer país más vulnerable a los efectos del cambio climático después de Bangladesh y Honduras. Es por ello, que según el MINAM en 40 años nuestro país solo tendría el 60% del agua que tiene hoy, así como la pérdida de cultivos tradicionales para nuestra gastronomía y seguridad alimentaria como la papa, la quinua y el maíz, podrían seguir perdiéndose indefectiblemente si no hacemos algo.
Afortunadamente no todo es negativo pues existen aún dos soluciones básicas, la mitigación y la adaptación, en donde nuestras áreas naturales protegidas cumplen un rol fundamental. El SERNANP ha diseñado una intensa estrategia para contrarrestar los efectos del cambio climático en nuestro país de la mano con su gente, y ya cuenta con los primeros resultados de éxito.
Cuencas compartidas
La RESERVA PAISAJÍSTICA NOR YAUYOS COCHAS, área protegida ubicada entre Lima y Junín, se ha convertido en un ícono para la adaptación al cambio climático. Sus poblaciones han comprendido que solo con una gestión conjunta de su área protegida podrán hacer frente a esta amenaza, que ellos han convertido en oportunidad. El SERNANP, las autoridades del distrito de Huancaya y la empresa privada han logrado recuperar la cuenca del río Cañete, principal fuente de agua de miles de personas.
La recuperación de cuencas en la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas favorece al desarrollo agrícola local.
La regulación hídrica permite ahora generar excedentes positivos de agua durante los meses en los que los niveles bajan, evitar el desborde la laguna Paucarcocha a raíz del deshielo glacial, así como disminuir los efectos de desastres naturales como los huaycos.
Bofedales a la arequipeña
Una vez más, la desertificación y el cambio de uso de suelo pone el riesgo nuestros recursos naturales como es el caso de los bofedales de la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca. Este importante ecosistema es considerado un “riñón” de la naturaleza pues purifica el agua que discurre de las nacientes de agua, que a su vez es utilizada para el consumo humano y agrícola. En Chalhuanca, al interior del área protegida, se ha diseñado una estrategia en donde el SERNANP ha involucrado a los gobiernos locales y a la población para una mejor administración del recurso hídrico. Gracias a este trabajo articulado, hoy extensas áreas de bofedales han sido recuperados para acopiar el agua proveniente de la lluvia y del deshielo de los glaciares. Como resultado, las comunidades locales cuentan con una mayor oferta de agua para optimizar sus actividades ganaderas (alpacas y llamas), y por ende, sus recursos económicos.
http://www.sernanp.gob.pe/sernanp/archivos/imagenes/2015/notas/junio/INF%20SERNANP.pdf
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