OPCIÓN 1: Oportunidad a la vista – La tomas – Vives algo nuevo - APRENDES
OPCIÓN 2: Oportunidad a la vista – La dejas – Todo sigue igual en tu vida – STATUS QUO.

Así empezó mi voluntariado en la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas, donde tuve la oportunidad de conocer pueblos como; Tanta, Canchayllo, Alis, Vitis, Tinco Alis, Laraos, Tin Tin y Huantá, lástima que no pude conocer más. Cada uno con una singular belleza dispuesta a ser conocida, aunque a veces el camino se muestre tortuoso y desafiante vale la pena llegar hasta al más lejano de ellos.
El lugar donde me instalé fue en el puesto de control de Pachacayo. Ahí conviví con los guardaparques Wilboor, Alan, José y la voluntaria Milagros. Me sentí cómoda rápidamente así como parte del grupo. Todos traían consigo una mochila cargada de experiencias que fuimos compartiendo con el pasar de lo días y las noches sin TV; la cual no extrañé para nada porque su vacío fue llenado con leyendas de Apus, puquiales, cerros mágicos y pagos a la tierra que aprendí a hacer con mucho respeto a la naturaleza. También pasaron por ahí más voluntarios de otras especialidades, lo cual enriqueció aún más mi aprendizaje y me ayudó a visualizar las circunstancias desde otras perspectivas.
Como cierre de actividades se realizó una exhibición de canotaje. ¡La cual no se realizaba desde 1998! para finalmente terminar con un almuerzo de confraternidad para todo el pueblo con el típico cordero al palo.
A pesar de lo buena que fue la experiencia, me queda un sabor agrio al darme cuenta que las provincias del Perú están un poco estancadas y necesitan de profesionales que ayuden para el progreso, SOLO SI estas así lo quieren. Cito un párrafo de la obra ¨Paisajes peruanos¨ de José de la Riva- Agüero en la que relata su viaje a lomo de mula por la sierra peruana:
¨Penetremos en alguna de las típicas poblaciones serranas. Está oculta en el repecho de una quebrada repuesta, con riachuelos cascajosos, huaycos floridos y potreros que declinan en lomadas y andenes; cercada por el verde vivo de los cebadales y los alfalfares, y el verde plata de los quishuares, los magueyes y los recientes alcanfores”

¿Por qué me suenan tan familiares estas palabras si fueron escritas entre los años 1916- 1917?
Esta debe ser otra razón por la cuales hacer un voluntariado. Compartir aquello que tuvimos el privilegio de aprender en una Universidad y que algunas personas en nuestro país aún no tienen. Si alguien quiere ver cambios tiene que ser parte de él.
¿Idealista? Tal vez… lo trascendental es que a alguien le importe.
Escrita por: Magaly Portales – Egresada de Adm. de Turismo UNFV
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